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Introducción:
En Juan 14:12, Jesús hizo una afirmación asombrosa:
“El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará.”
¿No es esto realmente asombroso? Si te parece difícil de creer, no estás solo. Esta verdad parece imposible cuando la consideramos a la luz de nuestras faltas, pecados y debilidades.
Quizás tú te sientas así porque has cedido al pecado y la vergüenza te ha desalentado. Tal vez crees que Dios no te puede usar debido a los errores o faltas que cometiste en el pasado. Pero la Palabra de Dios muestra otra realidad: Él se deleita en usar a personas imperfectas para cumplir Su perfecto plan.
I. Dios usa a los imperfectos para cumplir Su propósito
Moisés se consideraba incapaz. Cuando Dios lo llamó para liberar a Israel, su respuesta fue:
“¿Quién soy yo para que vaya a Faraón y saque de Egipto a los hijos de Israel?” (Éxodo 3:11).
Pero Dios respondió:
“Ve, porque yo estaré contigo” (Éxodo 3:12).
Dios no está buscando a los más elocuentes ni a los más fuertes, sino a los que estén dispuestos a obedecerle.
Versículo clave:
“Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad” (2 Corintios 12:9).
II. Dios transforma nuestras debilidades en fortalezas
Gedeón se veía a sí mismo como el más pequeño y débil de su familia y tribu:
“¡Ah, Señor mío! ¿Con qué salvaré yo a Israel? Mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre” (Jueces 6:15).
Pero Dios lo llamó “varón esforzado y valiente” y le aseguró Su respaldo:
“Ciertamente yo estaré contigo” (Jueces 6:16).
Versículo clave:
“El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6).
III. Dios no mira la apariencia, sino el corazón
Cuando el profeta Samuel fue a ungir al nuevo rey de Israel, pensó que los hermanos mayores de David serían los escogidos. Pero Dios le dijo:
“No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura… porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón” (1 Samuel 16:7).
David, un simple pastor, fue elegido por su corazón conforme al corazón de Dios.
Versículo clave:
“Como el barro en manos del alfarero, así sois vosotros en mis manos” (Jeremías 18:6).
Aplicación práctica: Cómo permitir que Dios nos use
- Entrega total: No te enfoques en tus imperfecciones, sino entrégale todo tu ser a Dios. Él no busca perfección, busca disposición.
- Fe y obediencia: Cree que Dios te ha llamado y te capacitará para Su obra. Da pasos de obediencia aun cuando sientas miedo o inseguridad.
“No depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia” (Romanos 9:16).
Conclusión:
Dios no busca a los más capaces, busca a los disponibles. Él puede y quiere usarte, no a pesar de tus debilidades, sino por medio de ellas. En Sus manos, tu vida puede ser un testimonio de redención, gracia y poder transformador.
No preguntes más: ¿Cómo puede Dios usar a alguien imperfecto como yo?
Mejor di: “Aquí estoy Señor, úsame como Tú quieras.”
Atentamente Pastor, Guillermo Ayala


