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Texto base
“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.”
(Juan 15:5)
Congregarnos como iglesia es necesidad (Hebreos 10:24-26)
La vida cristiana no se puede vivir en soledad. El escritor de Hebreos nos recuerda que no debemos dejar de congregarnos, porque en comunidad somos animados, corregidos y fortalecidos en la fe. La congregación no es una opción, es una necesidad espiritual para crecer y perseverar.
Injertados en Cristo, injertados en su cuerpo (Juan 15:5; Romanos 14:17)
Cristo es la vid verdadera, y nosotros los pámpanos. Estar injertados en Él significa recibir vida, alimento y dirección espiritual. Pero al mismo tiempo, estar en Cristo nos une a su cuerpo: la Iglesia. No podemos decir que estamos unidos a Jesús sin estar también unidos a su pueblo. El Reino de Dios no consiste en comida o bebida, sino en justicia, paz y gozo en el Espíritu.
Permanecer juntos para dar fruto
El fruto del Espíritu no se produce en aislamiento, sino en relación con otros. Amar, perdonar, servir, edificar y dar testimonio son frutos que crecen cuando permanecemos juntos. Permanecer en Cristo y en comunión unos con otros es la clave para una vida fructífera.
La Iglesia: un cuerpo con muchos miembros, diseño divino (1 Corintios 12:22)
La Iglesia es un cuerpo con diversidad de miembros. Cada uno tiene un lugar y una función que cumplir. Los que parecen más débiles son necesarios, porque en el diseño divino no hay miembros de sobra. Todos somos parte de un plan mayor, injertados en Cristo para dar fruto en unidad.
Dios nos llamó a estar injertados en Cristo y en su Iglesia. Separados de Él no podemos dar fruto, y separados de su cuerpo debilitamos nuestra vida espiritual. Permanecer juntos, en unidad y amor, es la manera en que glorificamos al Padre y mostramos al mundo que somos verdaderos discípulos de Jesús
Pregunta para reflexionar:
¿Estoy permaneciendo injertado en Cristo y comprometido con su cuerpo, la Iglesia, para dar fruto abundante?
Atentamente ,Pastor Guillemo Ayala